Sin duda la mejor manera de moverse por esta jungla de asfalto es a pocos centímetros del suelo, por debajo de los radares de las miradas acusadoras o los comentarios hirientes.
Planeando como pájaros sin otro motor que las ilusiones y el anonimato que solo una ciudad puede ofrecer a sus ciudadanos.
Cerquita del suelo, sin ganas de volar mas alto y ser el blanco de cazadores sin escrúpulos, de esos que esperan el daño ajeno para hacer beneficio propio.
Raseando para poder observar bien a la gente que vale la pena, esa que va mas lejos de una palmadita o palabras bonitas que sirven como gancho para acabar en una jaula de falsos sentimientos de pasión.
Navegando entre las corrientes de aire, traviesas que levantan faldas que nunca les perteneció y se apropian en cada uno de sus soplidos.
Con ese eterno dilema si tras la siguiente esquina aparecerá un obstáculo insalvable y acabes golpeado contra el asfalto y sin embargo, con la sonrisa de un niño en la boca al no saber que habrá tras el siguiente giro.
Es una forma de vida, andar es monotonía de los racionales y volar de ilusos soñadores, por eso yo decido planear, sin separarme mucho del suelo pero con ganas de no tener que volver a tocarlo jamás.
Planeando como pájaros sin otro motor que las ilusiones y el anonimato que solo una ciudad puede ofrecer a sus ciudadanos.
Cerquita del suelo, sin ganas de volar mas alto y ser el blanco de cazadores sin escrúpulos, de esos que esperan el daño ajeno para hacer beneficio propio.
Raseando para poder observar bien a la gente que vale la pena, esa que va mas lejos de una palmadita o palabras bonitas que sirven como gancho para acabar en una jaula de falsos sentimientos de pasión.
Navegando entre las corrientes de aire, traviesas que levantan faldas que nunca les perteneció y se apropian en cada uno de sus soplidos.
Con ese eterno dilema si tras la siguiente esquina aparecerá un obstáculo insalvable y acabes golpeado contra el asfalto y sin embargo, con la sonrisa de un niño en la boca al no saber que habrá tras el siguiente giro.
Es una forma de vida, andar es monotonía de los racionales y volar de ilusos soñadores, por eso yo decido planear, sin separarme mucho del suelo pero con ganas de no tener que volver a tocarlo jamás.
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