6/25/2009

MASOCAS DE AGUJA Y TINTA

La verdad que la tinta en la piel hace daño, sobre todo un día después de habértela metido a la fuerza, como si de un okupa se tratara y nunca mas lo podrás sacar de tu cuerpo.
Realmente somos masoquistas de nacimiento.
No de esos de látigo y cuero, bueno algunos sí, porque para gustos se inventaron los colores.
Desde pequeños nos emperramos en quemarnos con el fuego, de tirarnos por cuestas cuanto mas empinadas mejor o buscar las tablas con los clavos mas oxidados que podamos encontrar.
Es ley de vida.
Cuando crecemos no es que mejoremos mucho, es mas, cuanto mas aprendemos de la vida mas nos gusta aprender a sufrir.
Parece como una perfecta ecuación matemática, en la que los sentimientos, la rutina o cualquier otro factor, nos da como solución esa maldita solución en forma de malos momentos.
A veces incluso parecemos alérgicos a ser feliz, otras simplemente nos gusta mas vivir en la oscuridad.
Por ello muchos acabamos con aguja y tinta, no por el dibujo, no por la juventud o cualquier otra moda pasajera. Lo hacemos por lo que significa, por el momento en tu vida en lo que te haces o simplemente porque lo necesitas para seguir adelante.
No dibujas tu cuerpo para que los demás lo vean o lo disfruten porque es algo personal, no tiene porque ser bonito.
No tienes porque explicar que tu paz interior esta en llamas y no es una diana lo que tienes dibujado en la espalda o que cada una de las líneas de tu piernas tienen un significado, es un viaje que has dado a lo largos de estos meses de tormenta y lluvias.
Es la máscara que necesitas en este teatro que es la vida, este mundo lleno de sonrisas pero que sin embargo solo cuatro son de corazón. Detrás la lagartija que sube cualquier pared, cualquier muro que me quieran poner y que en caso de necesidad, pueda soltar parte de mí para sobrevivir.
Tal vez a la gente le parezca una soberana gilipollez pero me da igual, porque sé que hay gente que me entiende.
Gente con nombres importantes en la muñeca, gente con soles en los brazos o elementos en la espalda.
Gente que como yo eligió sufrir porque querían, porque querían recordar o olvidar algo, porque sentían que ese día, que esa persona, que esa cosa, merecían ese sufrimiento, merecían esa marca en tu piel a fuego y tinta.

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SOLAMENTE UNA PIEZA...