El Sábado dio para muchas conversaciones, en su mayoría subrealistas, algunas estúpidas y unas pocas realmente importantes.
Hoy me acuerdo de una de ellas, quizas la que resume los sentimientos que sentimos muchos de nosotros día a día.
La realidad de dejar de sentir, es decir, que nuestro corazón está tan trillado que prefiere el hormigón a la guerra a tumba abierta.
Es ese miedo a dejar de sentir, esa forma tan dura que supondría vivir sin querer, sin sentir o sin saber si alguien compartirá la vida con nosotros.
Es el haber perdido nuestra luna, nuestro fuente de sueños y deseos, teniendo miedo a no saber si la encontraremos de nuevo.
Puede que simplemente se esconda o si somos mal negativos tal vez se ha caido y a acabado rota en mil trozos.
Incluso si acaba destrozada no hay que ser fatalista, porque como la energía, nada se pierde sino que se transforma. Tal vez cada uno de esos trocitos acaba en manos de alguien especial o de algo que en conjunto puede incluso superar al amor.
Son esos pequeños detalles, que con tus "hábiles manos", vas juntando como si fuese un puzzle.
Son esos detalles, esas personas, esas cositas que te te roban un trozo de esa luna, que empieza nueva y juntando todos los trocitos acaba llena. Son esos conciertos, son esos viajes o momentos que te hacen saber que son únicos, nada de un día sin mas, sino un día que recordaras.
El sol siempre dará luz pero para nuestra desgracia acaba siempre quemandonos, por eso es mejor encontrar nuestra luna. Nuestros trocitos blancos que marcan el camino como si estuvieramos en nuestro particular mundo de Oz.
Tambien puedes buscar ayuda psicológica pero te aviso que te harán dibujar, casitas, personas y arbolitos...jejeje.
En esencia lo importante es buscar y no decaer nunca.
No dar nuestro trozo mas grande de luna a la primera ladrona que la quiera, sino que esperemos con calma y sobre todo recordar siempre que cada uno de los otros trocitos es importante.
Hoy me acuerdo de una de ellas, quizas la que resume los sentimientos que sentimos muchos de nosotros día a día.
La realidad de dejar de sentir, es decir, que nuestro corazón está tan trillado que prefiere el hormigón a la guerra a tumba abierta.
Es ese miedo a dejar de sentir, esa forma tan dura que supondría vivir sin querer, sin sentir o sin saber si alguien compartirá la vida con nosotros.
Es el haber perdido nuestra luna, nuestro fuente de sueños y deseos, teniendo miedo a no saber si la encontraremos de nuevo.
Puede que simplemente se esconda o si somos mal negativos tal vez se ha caido y a acabado rota en mil trozos.
Incluso si acaba destrozada no hay que ser fatalista, porque como la energía, nada se pierde sino que se transforma. Tal vez cada uno de esos trocitos acaba en manos de alguien especial o de algo que en conjunto puede incluso superar al amor.
Son esos pequeños detalles, que con tus "hábiles manos", vas juntando como si fuese un puzzle.
Son esos detalles, esas personas, esas cositas que te te roban un trozo de esa luna, que empieza nueva y juntando todos los trocitos acaba llena. Son esos conciertos, son esos viajes o momentos que te hacen saber que son únicos, nada de un día sin mas, sino un día que recordaras.
El sol siempre dará luz pero para nuestra desgracia acaba siempre quemandonos, por eso es mejor encontrar nuestra luna. Nuestros trocitos blancos que marcan el camino como si estuvieramos en nuestro particular mundo de Oz.
Tambien puedes buscar ayuda psicológica pero te aviso que te harán dibujar, casitas, personas y arbolitos...jejeje.
En esencia lo importante es buscar y no decaer nunca.
No dar nuestro trozo mas grande de luna a la primera ladrona que la quiera, sino que esperemos con calma y sobre todo recordar siempre que cada uno de los otros trocitos es importante.
PD. La canción dedicada a la persona que me enseño ayer esta canción que yo le había enseñado.
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