6/09/2009

LATIDOS ABSTRACTOS

La verdad es que hablar de los sentimientos es como intentar buscar sentido a algo que nunca fue creado para tenerlo.
Es así, el amor, odio, amistad o cualquier otra cosa que haga bombear ese organo traicionero dentro de tu pecho, hace que a veces engañe y asesine a la razón.
Es por lo que somos humanos, porque sentimos y a veces demasiado como para acabar viendo oro donde solo hay barro.
El amor, por ejemplo, es como un circo. Un lugar donde todos los niños disfrutan de su magia cuando los focos se encienden y sin embargo, al apagarse la magia desaparece y tan solo queda la cruda realidad.
Ese calor que sientes en el pecho, como si de un tragafuegos se tratara, esa sensación que te acaba quemando cuando intentas hacer malabares de sonrisas y besos al llegar a casa.
Esa sonrisa estúpida, cómica que buscas en la boca ajena como buen payaso y que sin embargo puedes acabar con el maquillaje corrido por las lágrimas.
También están los mas valientes, aquellos que intentan domar mas de un corazón a la vez y sin embargo, como muchos domadores acaben siendo la merienda de sus tigres, cuando se den cuenta que sus dientes son mas afilados que los látigos de terciopelo.
Pero lo realmente claro y mas allá de el amor, amistad o cualquier otro cacho de corazón todos acabamos siendo equilibristas sin red, en las que a veces hacemos un salto mortal doble que levanta los aplausos o nos damos la mayor ostia contra el suelo de la realidad.
Pensando en esto recuerdo una conversación que tuve ayer, era algo como, si alguien muy querido sabías que iba a sufrir por amor, que si podía sufrir un revés importante y su corazón no le deje oír la voz de su razón, me preguntaron que haría.
La respuesta es nada.
Es simple todos necesitamos quemarnos, caernos o incluso devorarnos para darnos cuenta, para comprender que placer y dolor vienen demasiado juntos, tanto como que no pueden jamás separarse.
Entonces solo me quedaría levantarle, ponerle una tirita y tirar para adelante, porque igual que él tu también eres ese niño, tu también sabes lo que es que tu corazón no te deje escuchar.
Pero mejor que os lo canten.

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SOLAMENTE UNA PIEZA...