Otra vez lunes, de nuevo esa mezcla de sueño y cansancio como caldo de cultivo perfecto para darle a la cabeza.
Tal vez piense demasiado o quizás lo hago demasiado poco cuando lo tengo que pensar, pero sin duda, esa será siempre mi seña de identidad. Lo llevo escrito en el ADN y como una muy buena amiga me dijo una vez, mi vida discurre como una veleta que viaja aleatoriamente en la dirección del viento.
Seguramente no es una manera de hacer las cosas disfrutando del presente sin hacer muchos planes futuros. Conociendo gente y permitiéndome el lujo de dejarme sentir algo de vez en cuando. No mucho, lo suficiente como para que el futuro no me ahogue con planes y deseos, con hipótesis que me roban horas de sueño o conclusiones imposibles por carecer de todos los datos de la ecuación.
Así que volveré al principio, a lo que soy y siempre he sido. Una veleta fiel a no pensar mas lejos del disfrute diario, a sabiendas que si todo se tuerce, siempre tendré a alguien para que me levante o me pegue una toñeja por no pedirle ayuda, que es bastante parecido.
Es hora de no gruñir y conocer gente, de cerrar viejas heridas absurdas y admitir errores. Es tiempo de no pensar y si en disfrutar con los nuevas posibilidades que me ofrece cada uno de los pequeños detalles de la gente que me rodea.
Así pues toca semana larga, pero finde con aire de épica decadente como solo nuestra cuadrilla puede hacer puesto que este año si nos vamos a San Fermin!
Renaciendo
Hace 9 años
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