1/17/2011

GOTITAS DE VANIDAD

Los Lunes son eso, lunes.
El primer día de la semana, ese que te cuesta levantarte una eternidad, que el despertador suena hasta que se queda afónico y piensas que te vas a volver a quedar dormido bajo el grifo de la ducha.
Son días de cabezadas en el autobús, de resoplar cuando la noche aun esta presente en las farolas y lamentos porque los fines de semana duren tan poco.
Son días, que sin embargo y a pesar de tener las legañas bien situadas, te dibujan una sonrisa cuando recibes una llamada a las nueve y cinco.
Es saber que tu proyecto, ese en el que has vendido tu tiempo, tus neuronas y parte incluso de tu salud, sale en un periódico. Son momentos en los que pasas las hojas y tras tranquilizarte al ver que no es en la sección de sucesos en la que apareces, lees esas dos páginas dedicadas a subirte un poco la moral.
Son las pequeñas gotas de vanidad que te hacen saber que todo el trabajo ha valido la pena, son las llamadas, los mensajes y observar que unas letras impresas despiertan el interés por algo en lo que has formado parte.
Te acuerdas entonces en la ilusión del principio, en los problemas del medio y la satisfacción del final. Te acuerdas de todos los que arrimaron el hombro, de esos modelos improvisados que tuvieron que aguantar horas con pintura en la piel, bajo el frío y la lluvia. Te acuerdas de todas las maquilladoras, de cada una de ellas que aun sabiendo que no recibirían pago alguno, se esmeraron al máximo para crear un mundo ajeno a la realidad, uno que tu mente ideó y que al fin tus ojos han podido ver.
Te acuerdas de los fotógrafos, de una en especial, la Boss, sin ella todo se hubiese ido a la mierda en los días donde el final se veía tan oscuro que pensaste que lo mejor era parar.
Te acuerdas de los que cincelaron tu historia, con ideas, con correcciones, con detalles que a tus ojos se le escapaban por falta de sueño o desgana.
Te acuerdas de cada una de esas tiendas, cada uno de esos comercios que apostaron por esta idea loca, que nos dejaron de todo sin pedir nada a cambio.
Pero sobre todo te acuerdas de los colaboradores íntimos, esos de tu cuadro de honor, aquellos que oyeron tus quejas, ayudaron en todo lo que pediste y sobre todo que te empujaron a poder poner la palabra fin a mas de doscientas hojas de historias.
Por eso a todos ellos gracias, gracias por hacerme sentir estas pequeñas gotas de vanidad, que refrescan las ganas de emprender otra historia que comienza a forjarse en estos momentos en mi cabeza.

3 Comentarios:

MANDARINA dijo...

eso es un posado!!!! jajajajaj

Anónimo dijo...

Todo esfuerzo tiene su recompensa, zorionak!

Unknown dijo...

Zorionak!!!

Espero que sigas cosechando exitos!!


SOLAMENTE UNA PIEZA...