1/20/2011

LA CASILLA DE SALIDA

Cuando eramos pequeños y jugábamos a la oca, todos y digo todos, nos enfadábamos de sobremanera cuando caíamos en la maldita casilla de la calavera y teníamos que volver a empezar de nuevo.
Ahora, con el paso del tiempo, deseamos desesperadamente que el dado nos mande a esa casilla y poder volver a comenzar un montón de días en los que cometimos algún que otro error.
Empezar de cero y evitar nuestro corazón a la baraja marcada, sabiendo que no ganarás nada mas que alguna cicatriz.
Empezar de cero con tus decisiones, esas que la falta de experiencia hacen meter la pata una y mil veces.
Empezar de cero con tus sueños y buscar las cosas que realmente te hacen ver lo importante de la vida, eso que te hace sonreír, que te hace creer que eres algo mas que un saco de carne y hueso encerrado en la monotonía.
Sin embargo no podemos elegir los momentos en los que el dado nos manda a la casilla de salida.
Así que debemos aprovechar esas situaciones en las que tenemos otra oportunidad, otro futuro que disfrutar, en el que equivocarnos y acertar. Momentos que nos llenarán de nuevas experiencias y vivencias que nos demuestren que cualquier día se puede ser diferente al anterior.
Sin nada que reprochar a tu pasado, sin lamentos ni acusaciones que alimenten hogeras de vanidades tan caducas que simplemente continúan ardiendo por el miedo a no saber consumirse en el tiempo.
Sin pasión desatada, sin ganas de morder o lanzar toda la cubertería porque malinterpretamos sentimientos en el extremo mas absoluto de querer a alguien hasta odiarlo.
Simplemente mirar hacia atrás con añoranza, nunca con rencor.


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SOLAMENTE UNA PIEZA...