5/04/2010

EL ARTE DE SACAR LA LENGUA

Parece que vivimos en un mundo de reglas donde no puedes hacer nada sin haberlo pensado mil veces.
Es un deseo de no equivocarnos, de competir por ganar carreras en las que ni siquiera fuimos informados que se disputaban.
Es una lucha a cara de perro por el todo, por la nada, por una gloria, una fama, un sueño material que nos mantiene siempre alerta, siempre acelerados y sin ganas de perder un solo segundo.
Somos la evolución del homo-erectus, somos la ostia, somos unos exclavos del tiempo.
Por eso nos fascinan tanto el comportamiento de un niño, esa filosofía tan pura de ver las cosas, de sentirse realizado con pocas cosas y sobre todo esa carencia de normas establecidas.
Esa gana de sacar la lengua cuando algo no les gusta, sin importarles las críticas o las malas caras puesto que ellos no tienen que lidiar con el mundo real.
Ellos son los que viven realmente la vida, dentro de sus fantasías sin vicios, sin haber sido tocados por la avaricia, por la envidia o la exigencia del día a día.
Por eso nunca hay que olvidar que fuimos niños y lo mas importante que aún lo somos y debemos dejarlos pasear de vez en cuando. Ser infantil no quiere decir ser inmaduro, sino todo lo contrario, es encontrar la madurez suficiente para no aferrarnos a todo lo que a la larga no nos hará recuperar la sonrisa que muchos de nosotros hace muchos años olvidamos.


1 Comentarios:

SOMMER dijo...

Si todos tuviésemos el síndrome de Peter Pan, viviríamos infinitamente más felices...


SOLAMENTE UNA PIEZA...