11/25/2011

A ELLAS

Hoy es un día para no callarse, para no mirar hacia otro lado o dar por bueno conductas que no son sino fruto de una enferma educación sobre una diferencia que jamás debió, debe o deberá existir.
Pero yo hoy quiero escribir otra cosa, algo mas personal, mi homenaje a ellas.
Tal vez porque desde muy pequeño viví de cerca su esfuerzo, su dedicación y su trabajo, seguramente por eso terminé por no diferenciar los sexos, mas lejos de lo físico y solamente ver a personas importantes que me han acompañado en este camino de aciertos y errores en el que he transformado mi vida.
Todas importantes, marcadas a fuego en mi memoria y a la vez, trozos en cada trozo de lo personal que existe en mis múltiples capas de personalidad.
Sé a ciencia cierta de donde viene mi cabezonería, mis ganas por intentar hacer lo mejor posible y buscar una perfección que mi patosas manos difícilmente acaban encontrando. Eso es genético, a dos capas, una por traerme a este mundo y luchar para que jamás me faltase de nada, la otra, porque siempre fui su nieto preferido a pesar de ser un jodido demonio al que las reglas le gustaban tan poco como las brújulas.
Me costó, porque durante años anduve sin rumbo pero al ver ahora mi insistencia por hacer una y otra vez las cosas, comprendo que ese afán de superación, es fruto de lo que vi, de las veces que me regañaron, de la fe que pusieron en mí cuando yo mismo no la encontré.
Si al final he encontrado un espacio en el que sentirme a gusto conmigo mismo, siempre fue gracias a ellas dos.
Un espacio, por otro lado, que nunca permanece en calma, soy así, nunca conformándome sino es en la plenitud de sentimiento que a duras penas he conseguido a lo largo de mi vida. Quizás por eso guardo con cariño en mi tintero su mirada, tal vez, porque quisimos jugar a ser mayores demasiado rápido y como casi siempre ocurre con estas cosas, acabamos devorados por la realidad.

Sin embargo ella fue la primera, esa que siempre guardas en el recuerdo, con su carácter y su sonrisa, a la que la vida le puso mil y una zancadillas y aun así, ha conseguido volver a sonreír encima de una bicicleta.

Luego vino la segunda, la apuesta fallida y que mentiría si dijese que no llegué a odiarla con toda mi alma, lo hice, así lo sentía pero en el fondo siempre supe que no era el color con el quería jugar en mi vida.

Ahora, desde la ausencia de trato y los años de cicatrices sanadas, pienso que si bien su forma de actuar no fue precisamente ética, seguramente fue lo correcto.

Luego vino el caos, el querer sentir, el necesitar encontrar un parche para tanta rabia y con ella, el miedo, el desencanto y sobre todo el dolor cometido por mi torpe estupidez. Una época que confundí besos con caricias, tanto, que a día de hoy pienso lo cerca que estuve de perder a las grandes personas que he tenido la suerte de acercar a mi lado.

Son mi otra familia.

Es mi ojito derecho, ese lleno de cordura que no duda en dejar de lado su razón para acompañarme en cada una de mis locuras.

Una reina sin reino, atea y con muy mala leche, con verdades como puños y la broma por bandera, alguien, que hace mucho que no veo sus ojos claros y sin embargo aun recuerdo con aquel esbozo de sonrisa traviesa en su boca.

Estas son las mas importantes que no se enfaden las demás, pero ellas son las mirado a través del vacío en el que me perdí, aguantado mis infiernos con una paciencia que jamás creí que nadie poseería.

Por eso estas líneas para ellas cuatro y todas las demás, estas líneas de agradecimiento por hacerme sentir que al escribir estas líneas no tengo problemas en sonreír.


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SOLAMENTE UNA PIEZA...