6/21/2011

EL DESTIERRO DEL ABRIGO

Suele irse dando menos guerra con la que llega, sin alterar sangres ajenas ni notas de despedidas pero la primavera siempre es así, capaz de acelerarlo todo, de irritarte con las alergias o pillarte en manga corta con su lluvia a traición.
Todos deseando que llegue y dejar atrás el invierno pero nadie se acuerda de ella cuando se va, mas que nada, porque detrás de ella llega el verano. Estación predilecta tanto para niños como para mayores. Meses de vacaciones, de pueblos y ciudades. De noches en pantalones cortos y madrugadas en terrazas junto al mar.
Por eso todos anhelamos que llegue la primavera pero pocos se acuerdan de despedirla. Tal vez, como he dicho al principio, aquellos cuya sangre se alteró y encontraron algo especial en unos labios desconocidos hasta que los besaron.
Algunos vivirán en nubes de ilusión y se pegarán la gran ostia cuando el calor apriete y con el los cuerpos ebrios de alcohol se olviden de las mariposas en la barriga de meses anteriores.
Pero también los habrá quienes consigan que esa semilla crezca. Al amparo de las sombras, de los sitios privados entre playas o montañas comenzarán a hacer crecer una pasión que con el tiempo se convertirá en algo que ellos identificarán en amor.
Los habrá que sudaran la gota gorda buscando esa sensación, algunos la encontrarán, otros confundirán los sentimientos y mas de uno se irá a casa con las manos vacías y un agujero en el corazón en forma de negativa.
Y por últimos estamos los que daremos tiempo libre al pecho. Los que solo saldremos a disfrutar y cansados de buscar descansaremos de intentar parecer especial para alguien que tu consideres especial...menudo lío me acabo de montar en un momento.
A ver, me explico. El verano nunca fue unos meses en los que los sentimientos funciones como deberían funcionar. Tal vez sea la música de sus canciones o peor, esas versiones imposibles que a veces te hacen pensar que alguien con fuerza divina te esta castigando por tus pecados, pero lo cierto es que esas verbenas, conciertos, txoznas y tragos siempre llevan la palabra exceso escrita en la frente.
Tal vez por creo que el amor se toma unas vacaciones en verano o bien, tiene tal caraja, borrachera o resaca que ni siquiera sabe en que día vive o en que lugar está, como para hacer su trabajo.
Así pues, si el no quiere trabajar no creo que yo sea quien para obligarle.
Por eso es mejor disfrutar de esas borracheras, de esos planes de días, barbacoas y demás quehaceres veraniegos. Usarlos para cambiar los hábitos y pensar que va siendo hora de apagar el interruptor, llevar a cabo decisiones que siempre se quedaron en un "voy a hacer" y sobre todo no caer en tentaciones destructivas que pueden romper cosas bonitas como una amistad.
Por lo tanto, sea bienvenido el veranito...pero con mucho cuidado con Lorenzo y los excesos.
Que ya no tenemos 20 años y el cuerpo se encarga de recordárnoslo...
...El mio por lo menos lo hizo el jueves y mi espalda es testigo de ello.


0 Comentarios:


SOLAMENTE UNA PIEZA...