Los piratas siempre han estado vistos con cierta nostalgia, envidia o respeto, simplemente por vivir ajenos a unas leyes que nunca quisieron para ellos.
Ajenos a papeles y libres, tan solo respetando el sol y el mar, sintiendo que su vida era un barco y no la tierra firme.
Esta claro que tiene su lado oscuro, tal vez la historia endulzó una profesión llena de violaciones, asesinatos y saqueos. Tal vez una calavera y dos tibias no eran sinónimo de libertad, sino de muerte.
Aunque incluso dentro de esa barbarie tenían sus reglas, sus normas y su honor, haciendo que comparándose con los piratas de la actualidad parezcan hermanitas de la caridad.
Tenemos piratas miremos donde miremos, ahora sin parche ni loro, sino con traje y corbata.
Tenemos traficantes de esclavos sin galeras, pero con sus preciosos y enormes yates, de esos que no necesitan a nadie para remar, sino petróleo para poder navegar.
Petróleo que dejan morir a su pueblo, que canjean vivir con unos títulos comprados con la sangre de sus siervos, para poder realidad sus sueños de enfermos dictadores en forma de palacios o millones de petrodólares.
Petrodolares convertidos en dinero en los mayores bandidos de todos, esos de trajes y corbata. Los mismos que para poder tener una casa, debes hacer pagar dos, los mismos que te hacen hipotecar hasta tus hijos, con tal de que el oro jamás deje de entrar en sus arcas.
Todos ellos igual de piratas, igual de despiadados que los de hace siglos, pero sin la clase de Barbanegra, Francis Drake o incluso el padre de Pipi Langtrum.
Hay piratas del tamaño de un país, como ocurriese con África, cortada como un pastel hace ya tiempo y repartida como botín.
Los de ahora son mas sutiles, directamente acusan a de terroristas a un pueblo que simplemente intenta recuperar lo que es suyo.
Aunque lo mas triste es que después de robados y expulsados, después de ser los perdedores, acaben viendo un muro mas grande que el de la vergüenza.
También hay de los de andar por casa, de esos que se "conforman" con controlar su pueblo tras tirar "democráticamente" al que mas votaron, todo por algo tan simple como poder dar unos golpes con el palo siete.
Pero sobre este tema ya hablaré la semana que viene.
En cuanto a mí también podría considerarme un pirata o mas bien, alguno podría señalarme como tal, por colgar música en este blog.
Yo solo diré que el único que beneficio o tesoro que consigo es la satisfacción de escribir y poder inspirarme en cada uno de los piratas que pueblan cada una de estas canciones, esos que nadie sabe de donde robaron cada uno de los acordes y crearon todas las canciones que significan algo para mí, algo por lo que escribir.
Esta claro que tiene su lado oscuro, tal vez la historia endulzó una profesión llena de violaciones, asesinatos y saqueos. Tal vez una calavera y dos tibias no eran sinónimo de libertad, sino de muerte.
Aunque incluso dentro de esa barbarie tenían sus reglas, sus normas y su honor, haciendo que comparándose con los piratas de la actualidad parezcan hermanitas de la caridad.
Tenemos piratas miremos donde miremos, ahora sin parche ni loro, sino con traje y corbata.
Tenemos traficantes de esclavos sin galeras, pero con sus preciosos y enormes yates, de esos que no necesitan a nadie para remar, sino petróleo para poder navegar.
Petróleo que dejan morir a su pueblo, que canjean vivir con unos títulos comprados con la sangre de sus siervos, para poder realidad sus sueños de enfermos dictadores en forma de palacios o millones de petrodólares.
Petrodolares convertidos en dinero en los mayores bandidos de todos, esos de trajes y corbata. Los mismos que para poder tener una casa, debes hacer pagar dos, los mismos que te hacen hipotecar hasta tus hijos, con tal de que el oro jamás deje de entrar en sus arcas.
Todos ellos igual de piratas, igual de despiadados que los de hace siglos, pero sin la clase de Barbanegra, Francis Drake o incluso el padre de Pipi Langtrum.
Hay piratas del tamaño de un país, como ocurriese con África, cortada como un pastel hace ya tiempo y repartida como botín.
Los de ahora son mas sutiles, directamente acusan a de terroristas a un pueblo que simplemente intenta recuperar lo que es suyo.
Aunque lo mas triste es que después de robados y expulsados, después de ser los perdedores, acaben viendo un muro mas grande que el de la vergüenza.
También hay de los de andar por casa, de esos que se "conforman" con controlar su pueblo tras tirar "democráticamente" al que mas votaron, todo por algo tan simple como poder dar unos golpes con el palo siete.
Pero sobre este tema ya hablaré la semana que viene.
En cuanto a mí también podría considerarme un pirata o mas bien, alguno podría señalarme como tal, por colgar música en este blog.
Yo solo diré que el único que beneficio o tesoro que consigo es la satisfacción de escribir y poder inspirarme en cada uno de los piratas que pueblan cada una de estas canciones, esos que nadie sabe de donde robaron cada uno de los acordes y crearon todas las canciones que significan algo para mí, algo por lo que escribir.
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