Casi siempre acabamos en callejones sin salida, de esos ni contigo ni sin ti, de esos que te arrepientes de no tener un mapa, un GPS o cualquier otra cosa que te hubiese ayudado a haber girado en otra dirección.
Esta claro que son tus decisiones, tus giros a la izquierda, tu decisiones derechas o tus continuos tirar hacia delante sin mirar atrás, sin mirar en tus recuerdos ni un solo segundo.
La respuesta, el mismo callejón oscuro.
Ese callejón que no hay nadie, solo tu con tus logros y fracasos, con tus alegrías y tristezas. Solamente tu mismo, sin mascaras, sin medias tintas ni nada que pueda ayudarte a engañarte a ti mismo.
Es momentos de asumir tus errores, de intentar solucionar los que tienen solución y no volver a cometer los que ya no la tienen. Tiempo de hacer balance de tus acciones y decisiones para comprobar si has acertado mas de lo que has fallado.
Aunque lo que ciertamente tenemos que darnos cuenta es que no será la última vez, no sera la última visita a ese callejón sin salida, a ese oscuro lugar para hacernos un examen interior.
Renaciendo
Hace 9 años
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