No, no soy Mikel, probablemente él esté aún en un estado catatónico y no pueda ni moverse después de la noche de la bestia, así que yo, Txino, me tomo la licencia de ser quien resuma brevemente lo que pasó... o al menos de lo que me acuerde, porque aunque hay vídeos de lo ocurrido, tal vez sea mejor que nunca vean la luz.

Lo cierto es que ya salimos de casa como si nos hubieran metido una guindilla por el culo, tantos años esperando esa noche no nos dejaban estar tranquilos, así que un grupo de cuatro valientes guerreros, armados de un ingente cargamento de patxaran y de hierba mágica del abuelo cebolleta, nos dirigimos a Rekalde a beber, perdon, a vivir, la gran noche del punk.Aun no comprendo como nos soplamos el patxaran en apenas un par de horas, además, con ese color a granadina que pilló el hijoputa del butanito, y que zoco más que patxaran es jarabe, lo que realmente no entiendo es como no teníamos a nuestro alrededor a la DYA como si de un buitre se tratase. Así que, ya soplados, y tras oir a un gran grupo como los picadura (puffff) comenzó lo que esperábamos, Piperrak. Solo dos palabras: Im-prezionante jajaja No hace falta decir más, cantar, y bailar, y acabar sin camiseta de la sudada que llevas, y estar a puntito de comerte el suelo en un par de ocasiones, vamos, todo lo que se le puede pedir a Piperrak (pensabamos que ni vendrían de la borratxera que se iban a pillar...)

Tras el concierto el desvarío, katxi pa´ki katxi pa´lla, engañar a los portugueses del tiro y llevarse un peluche, comernos un kebab callejero (moriremos de salmonelosis) pasarme de parada y largarme a Sanmi, que Mike viniese a Basauri (yo creo que para airear el pedo) y lo más importante, los cortados con cognac...

Definitivamente una noche inolvidable, gracias Piperrak, pero sobre todo, Gracias Ritxar, gracias Endika y gracias Mike, que todavía vengan otras 10000 borratxeras con sus 10000 resakas