A VECES...

A veces sientes que la vida ha dejado de ser digna de ser vivida, es eso una sensación, un enemigo invisible contra el que no hay defensa posible, ni acto heroico memorable.
A veces sientes que siempre te pareció sencillo, resultó ser tan complejo que tu torpe cerebro jamás logrará resolverlo, un puzzle de pasado, sin imagen presente que sirva de pista para montar todas las piezas.
Es sentirte en medio de una danza de sombras oscuras que no son mas que el reflejo de tus miedos, de tu ansia por combatir una soledad que a veces parece tener la partida ganada.
A veces sientes que el alma de perdedor que siempre llevaste te va a convencer para abandonarlo todo, que te muestra que ya solo queda la soberbia, la cabezonería de encontrar un oasis en un desierto lleno de ilusiones.
Así sientes el armario de tu pecho, lleno de fantasmas y zapatos tan manchados de barro que dudas que jamás vuelvan a brillas como lo hicieron antaño.
A veces no hay sonrisas y el eco de los aplausos son los de tu reflejo en el espejo, tu adversario, tu amigo, tu confidente, juez y verdugo. Esa imagen cada vez menos nítida que siempre esta ahí cuando te levantas y es la última que se va cuando al fin consigues dormir.
A veces piensas que la fiebre no es producto de una enfermedad, sino del mal funcionar de un mecanismo que se rompió hace años y ahora, con el oxido del tiempo, es imposible volver a ponerlo en marcha.
A veces retazos de pasados mejores vuelves a tu memoria, te atormentan, te hacen perder el rumbo que nunca tuviste marcado porque lo perdiste al nacer.
A veces y solo a veces desearías cambiar tantas cosas en tu vida que ya no serías tú.
A veces y solo a veces...