La verdad es que a veces nuestro cinismo no tiene límites, tanto que empezamos a buscar excusas para darle una explicación a nuestros actos egoístas.
Cuando nos escudamos en decir que cuando nuestro corazón comienza a bombear, nuestra cabeza deja de pensar con claridad, solo nos límitamos a llenar nuestra boca con palabras estúpidas, con el único fin de intentar no pensar en las consecuencias de una acción que sabemos de sobra que no es ni justa, ni políticamente correcta.
El amor no nos ciega, sino que nos produce tanta satisfacción que preferimos no pensar que nos estamos equivocando y como cualquier droga, una mirada puede engancharte hasta llevarte a la desesperación el día que desaparece.
Decimos que cuando la pasión se desata nada puede hacer para pararla y nos da igual que esa pasión sea de una persona que tiene su vida, su pareja o cualquier otra traba para conseguir tu objetivo de desear ese cuerpo prohibido.
Sin embargo si sabemos que esta mal, pero lo que ciertamente pasa es que nos da igual, porque a veces la consciencia es tan estúpida para saciar nuestros instintos animales.
Asi que esto es lo que somos y es lo que hay, somos los básicos, mentirosos sentimentales y pasionales, seres imperfectos de una evolución, que tal vez debió de dejar los sentimientos encerrados en un cajón.
Esta es nuestra herencia, nuestro juego sin reglas y ruleta rusa con 6 balas en el cañon.
Es nuestra forma de maquillar nuestros miedos, nuestras dudas o nuestra mirada por encima del hombro, con el pensamiento de saber que diran sobre nuestras formas de actuar.
Simplemente somos como somos, maestros del disfraz en este teatro que es vivir, donde el drama y la comedia se mezcla como cualquier buen trago de fin de semana, sin otra cosa que ganar la partida de las sonrisas sobre las lágrimas.
Renaciendo
Hace 9 años
0 Comentarios:
Publicar un comentario