5/30/2012
PERSIANA ABAJO
5/29/2012
QUERIDO CAOS:
5/21/2012
¡¡¡VIEJUNO!!!!
Bueno ya ha llegado y mira que se intenta tirarte el farol de mil maneras, formas y colores...bueno colores no tantos que no los distingo. Pero la verdad es que por mucho que lo intentes, que cierres los ojos y te tapes las orejas mientras grites ya no hay forma, ni veintitodos, ni leches, ya tienes el uno detrás del tres.
No falla y empiezas como siempre empiezan esos momentos mintiéndote delate del espejo.
- Espejito espejito, hoy no voy a salir, cine, una y para casa....
Ni tu sombra se cree esas palabras pero las repites una y otra vez hasta que la primera ronda da paso a la segunda y decides dar al botón de borrado automático. La segunda da paso a la tercera y es entonces cuando la marmota que duerme en tu interior comienza a susurrarte al oído que una cuarta no te hará daño, miras al otro lado, pero no hay angelito de la guarda, sino la misma marmota diciendo que acompañar esa nuevo trago con un txupito no te va a matar...al menos esa noche.
De ahí todo se lía y como te juntas con txupitos multicolores y conversaciones extrañas sobre dedos con forma de garfio piensas que puedes aguantar, que lo estas haciendo muy bien, un, dos, un, dos, tres MAMBO!
Después llega la realidad, su despertador y el cariñoso recuerdo a la madre de su inventor, te levantas de la cama y miras tu habitación parece un campo de guerra, perdida, por supuesto. Enciendes el ordenador y un vago recuerdo de haber estado tecleando palabras escupidas por tu etílico cerebro comienza a recorrer tu nuca como un escalofrío, no le haces caso, a fin de cuentas puede ser resaca.
Al menos una chica seriamente divertida me ha piropeado diciendo que tengo ojos bonitos, algo es algo!
Resulta curiosa esa adicción que tenemos por escribir de madrugada cuando estamos regados por dentro demostrando que todos en el fondo, escondemos un escritor etílico nocturno. Antes al menos los mensajes nos costaba algo de pasta y podía que nuestra razón nos consiguiera atar en corto, pero ahora, que es gratis, con alevosía y nocturnidad tiene que haber millones de mensajes volando desbocados por el aire. Mensajes de perdón, de confesiones, de deseos o simple sexo, cientos de mensajes que ya son un arrepentimiento según ves la palabra enviando...siempre he pensando que los móviles tenían que tener una opción que nos prohibiese mandar esos dardos envenenados a partir de las doce o habiendo superado la tasa de alcohol permitido.
Así pues a la mañana toca tranquilizar al personal, no por los mensajes, en mi caso es peor porque este blog no tiene una limitación por un teclado táctil que te juega malas pasadas escribiendo una r al querer poner una o. Me pasa por escupir sin digerir pensamientos, tan caóticos, que cuando los vuelvo a leer tengo que revisar toda la casa por miedo a que tenga inquilinos nuevos que usas mis cosas.
El último domingo, rozando la edad del fetiche de la cruz y pensando que al igual que le pasó a él, a mi también me han traicionado, un judas malvado que ni siquiera le han pagado una mísera moneda de plata por delatarme, mas que nada, porque yo soy mi propio Judas. Que si un gimnasio, sufrimiento para vender los principios que en algún momento perdí por el camino...Si hasta me he comprado un traje! lo jodido es que hasta me sienta bien...lo dicho traicionado por uno mismo.
Así pues solo me queda tener descendencia y formar una familia prospera o sino adoptar una y hacer que mi madre se quede tranquila o al menos, piense que su querida bala perdida a encontrado de nuevo el camino hacia la diana.
....¿Podré adoptar al ibuprofeno? Creo que sería un buen hijo...
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5/20/2012
SIN MAS OPORTUNIDADES
Cuando otro sábado llega a su fin entre la lluvia y las risas, entre los abrazos o las confesiones forzadas a base de vasos de txupitos demasiado largos para poder beberlos de un trago, te das cuenta que nada cambia. Sigues interpretando tu papel, ese predilecto, ese que sientes que llevando hasta los extremos de la necedad, ese lugar, donde no quieres interpretar los gestos, donde no quieres ver lo que tus ojos te ofrecen, tu cerebro quiere que piense y el resto de tu cuerpo quiere sentir.
Es el deseo interno, ese que desborda todo hasta llegar a tus conciencia, tus miedos, esas sensaciones que te hacen dudar incluso cuando tus cartas marcan una escalera real.
Te haces el sueco o tal vez el escoces y sientes que volviste a perder una oportunidad con unos ojos dulces, con una boca afilada y una sonrisa tan canalla que el resto puede considerarse historia. Es esa necesidad de echar la culpa al tiempo, a la gente, al universo o cualquier otro factor externo, cuando la realidad es tan simple como las pelotas que te sobraron simplemente para intentar robar un momento a menos de cinco centímetros.
Es estonces cuando todo seguirá igual, sin importar en lo que te conviertas, sin importar en lo que digas que eres. En el fondo, seguirás siendo tu, el mismo de siempre, con tus cruces y muros, con tus perjuicios propios y vergüenza ajena, simplemente tu.
Alguien que escribe a las siete de la mañana en un portatil, que le cuesta teclear y que quiere escuchar una buena canción como buena compañía antes de tumbarte en la cama para dejar que el domingo te diga que otra semana está por comenzar para que nada vuelva a cambiar.
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