Durante mucho tiempo, demasiado diría sin temor a equivocarme, creo que he vivido anclado en un pasado tan remoto como estéril me parece ahora que escribo estas líneas. Tendemos a hacerlo así, a fustigarnos con recuerdos vacíos, sobre decisiones tomadas y sobre todo, buscando la felicidad en mirar hacia atrás una y otra vez entonando un sonoro suspiro.
Sin embargo llega un momento que comprendes que las cosas no dejan de fluir hacia delante, que la mierda que has tenido que tragar, los desengaños y los mil quiero y no puedo, solo pertenecen al presente durante un segundo, el resto es historia. Es curioso, que sin creer en el destino ni en todas esas cosas de las que los poetas hablan para llenar sus versos, a veces la casualidad se disfraza de providencia y sin quererlo, cuando dejas de buscar algo te encuentra como un tropezón fortuito en tu monotonía.
No soy dado a pensar en estas cosas y si algo me han enseñados los años es a bailar con estas situaciones con cautela, pero si a los hechos me limito, diré que he recuperado la ilusión por seguir escribiendo, por crear las mil historias que se cruzan en mi cabeza y eso, ya es mucho. Es cierto que quiero saber a donde conduce este camino, nuevo, sin ataduras y con ese pequeño atisbo de aventura que siempre llevan estos casos, pero lo cierto, es que por primera vez en mucho tiempo me siento bien, no me cuesta levantarme de la cama y el mundo esta dejando de parecerme tan aburrido como monótono.
Y como he dicho antes, eso vale mucho, mucho mas que una coca-cola y un café con leche ;)
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