3/21/2012

PEQUEÑOS MUNDOS

Esa preocupación de mirar siempre al cielo y valorar si existe vida inteligente mas allá de las estrellas (como un genio dijo una vez aun queda por probar si la hay en la tierra que pisamos) se convierte en un mero pasatiempo si nos damos cuenta de la realidad.


Cada uno tenemos nuestro pequeño mundo.


No importa como seas o dejes de ser porque a fin de cuentas cada uno tenemos una visión de lo que nos rodea totalmente diferente a la del vecino. El mismo hecho crea tantas interpretaciones como ojos lo observan, todos con su razón y a la vez, todos equivocados puesto que ninguna acción resulta enteramente objetiva.

Cada uno de nosotros forjamos esa misma objetividad a base de elegir lo que ver o escuchar, lo que interpretar de las palabras ajenas, de su tono o de su supuesta verdad o mentira por el timbre de su voz. Analizamos las acciones y las adaptamos a nuestros gustos o necesidades según el momento o el lugar que queremos que ocupen en nuestro mundo. Amigos que se vuelven enemigos, enemigos que comienzas a convertirse en amigos, todo es un juego, uno en el que hay que aprender a no decir jamás, nunca jamás.

A fin de cuentas, la vida te da sorpresas sorpresas te da la vida.

Buenas o malas, a veces en una sucesión que te hace subir hasta la nube mas alta o bajar hasta el mas jodido de los infiernos, pero sin que nosotros podamos sino adaptarlas a nuestro ritmo, nunca cambiarlas o incluso omitirlas, sobre todo, aquellas que parten de un absoluto como es la muerte o la vida, una incógnita en la que raras veces se puede despejar la X y que cuando se puede, generalmente obtienes un resultado poco agradable.

Tal vez ese sea el secreto de tener una vida placentera, el saber que hay cosas que puedes adaptar a tu mundo para hacerlo mejor, que nunca es tarde para dejar a otra persona que entre o sacar a un inquilino poco deseado. A saber que hay otras situaciones que por mucho que le demos vueltas no tienes explicación real, tal vez científica, pero no de la forma viscerálmente sentimental que necesitamos escuchar para que un hada madrina olvide ese momento fatídico y nos haga sentir que no ha pasado nada, porque nuestro mundo no deja de moverse desde nuestro primer día hasta el último, sin descanso, con días con huracanes o tardes primaverales, sin otra cosa que podamos hacer que disfrutar del momento sin intentar atraparlo con la mano, puesto que al cerrar los dedos, para bien o para mal, ya habrá pasado para ocupar un cacho de tu recuerdo.






0 Comentarios:


SOLAMENTE UNA PIEZA...