1/10/2012

CAZADORES

Lo primero que tenemos según nacemos es ese instinto de supervivencia innato en todos los seres vivos, ese llanto para llenar de oxigeno los pulmones y probar lo que es respirar en ese nuevo mundo lejos de la protección de una madre.
Crecemos y ese instinto se desarrolla tan solo moldeado a base de una educación, un aprendizaje y una serie de ensayos y errores, aprendemos, evolucionamos y finalmente buscamos nuestro camino, convirtiéndonos en cazadores. Cazamos amores imposibles, sueños, deseos y cualquier otra cosa que creamos necesaria, incluso si la sociedad no ha sido benevolente al hacernos nacer en el hemisferio equivocado del mundo incluso se llega a cazar hombres.
Siempre ha sido así buscando deseos y adaptando nuestras necesidades a normas o ideales pero todo evoluciona y como ocurre con cualquier otra cosa el tiempo termina por oxidarla y hacerla perder su belleza. No importa que sea el palacio mas hermoso del mundo o un monumento, ciudad o cualquier cosa creada por el hombre, todo tiene una fecha de caducidad. Pasa lo mismo con las ideas, con los sistemas o las normas, incluso la palabra libertad, tan gastada por tantas bocas ha terminado por perder su significado.
Hemos cambiado nuestra fe dejando las cruces por los tres palos de
una portería, dejando de creer en dioses para transformas a humanos en deidades, con ese mismo fanatismo irracional que hace años nos empujaba a gritar un ALELUYA cambiado por un afónico alarido con forma de GOOOOL.
Hemos decidido ser marionetas, cazadores encerrados en jaulas de zoológicos cuyos barrotes tienen el color del dinero. Hemos dejado en pensar en la felicidad para sucumbir a los deseos que nos inculcan desde una pantalla, no desde la sabiduría de algún anciano sabio. Hemos mutilado el idioma, saturando nuestras cabezas con miles de horas de información, de conductas idealizadas que hacemos como propias, tanto, que se nos esta olvidando cazar y como cualquier otro animal enjaulado nos conformamos con que nos alimenten con las migajas de aquellos que utilizan la miseria para darse grandes festines.
Dóciles, amaestrados, provocando que nos tiremos de los pelos por personas que venden su amor a precio de oro en pos del espectáculo, sin desear aprender y buscando siempre el camino fácil. Olvidando nuestra autocrítica, nuestros errores y ni siquiera pensar que no existen mesías que puedan arreglar esto a base de poder.
Sin embargo, quizás lo mas hiriente sea nuestra indiferencia, esa que nos permite seguir viendo como aquellos que lo único que quisieron el caramelo del gobierno incumplen día tras día todas sus promesas, como siempre, echando mierda para fuera y diciendo ahora que recortar era inevitable. Aplaudiendo como roban dignidad, como ahogan una sociedad que se ahoga pero que a pesar de sentir que el aire no llega a sus pulmones, no chapotea, lucha o ni siquiera llorar para intentar encontrar un aire poco viciado que poder respirar.
Preferimos ver balones de Oros o nuestros ombligos, pensando que el que piensa es estúpido, por pesar y ni siquiera plantearnos que todo esto empeora cada día, que estos nuevos tampoco tienen ninguna solución y que este sistema es tan obsoleto como ser siervos de un rey
Sin embargo la cuerda se va a romper y cuando lo haga todos lloraremos, entonces sí y sumidos en la mierda de agujero que nosotros nos metimos pero no asumimos, dejaremos que las ratas salten del barco, puesto que al final todos somos tenemos instinto de supervivencia y como tal, no esperemos ser salvados ni por dioses, mesias, políticos o futbolistas.





0 Comentarios:


SOLAMENTE UNA PIEZA...