1/27/2012

ADMITIENDO EL TRUCO

Bueno ya es hora de admitir que hago trampas al escribir, a juntar letras, a rellenar líneas. Tengo que decirlo y descubrir algo que siempre ha sido mi dopaje, mi foco de inspiración, la rotura de los agónicos silencios.
Es mi música, mi banda sonora original, esa que aparece cada vez que dos neuronas chocan para dibujar una imagen en mi cabeza y en seguida, la asocio a una canción. Una letra por un momento, un intercambio de rehenes sin daños colaterales la mayoría de las veces. Imágenes que se mezclan con notas, un huracán que suele revolver mi interior hasta romper las barreras de mi ética, para poder dejar fluir libre la escritura, pura, clara o oscura, da igual. Palabras a espasmos, a veces sin orden pero con idea, otras con orden pero sin claridad de ideas, es lo mismo. Lo importante es dejarlas fluir sin pensar mas lejos de lo que te transmite ese instante, ese momento único, caduco, sin mas futuro que el parpadeo que tardas en llegar al siguiente.
Es la libertad de no ser tú, de disfrazarte de tu protagonista, de sentir su bondad o maldad como propia, de cargar con sus pecados o sus bendiciones.
La desconexión del plano mundo, aburrido y a veces tan absurdo que no parece ni siquiera real.
Es el sonido del último acorde, la marca en la que regresas a ser tu y dejas de ser él o ella.
El momento en que lees lo que escribes, en el que sonríes o te asustas, descubriendo que esas notas te han ayudado a crear algo que hace un instante tan solo era nada.



1 Comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosa cancion


SOLAMENTE UNA PIEZA...