A veces no sabes cuanto tienes para ofrecer a cambio de un sueño, a cambio de algo que sabes que te gusta, que adoras y que sin embargo devora tu tiempo.
Ese es el problema de los sueños, que tienen un hambre atroz, una gula que hace que todo gire alrededor de ellos.
No hay ojos para nada mas, no hay corazón que no sirva para otra cosa que bombear ideas al cerebro.
Una y otra vez los borrones se juntan con los problemas y piensas que tal vez el esfuerzo es demasiado para el premio.
Sientes que hay gente que tiene un pico de oro pero a la hora de la verdad no saben lo que es bajar una mina, sudar, desesperarte e intentar que el desánimo pase de largo.
Sin embargo ves ese esfuerzo en unas pupilas ajenas a las tuyas y comprendes que el sacrificio no es solo tuyo, sería demasiado egoísta pensar que solo te esfuerzas tú, que eres único e irreemplazable...graso error.
Por eso este sacrificio en forma de sueño, estas noches sin dormir en la soledad de tu casa pero en la compañía de proyecto, por eso y mucho mas siempre vale la pena el precio.
Renaciendo
Hace 9 años
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