SUEÑOS PRISIONEROS DE REALIDAD

Si la vida es un sueño y los sueños son realidad para que demonios levantarse de la cama, dejarme dormir que para pesadillas ya tengo las noticias.
Es mi mundo y yo creo y destruyo a mi antojo. Carente del frío de la traición, el dolor de la perdida o el escozor del fracaso.
Solamente mis paranoias, solamente mis sentidos, solamente mis deseos. Sin que nada ni nadie jamás pueda cambiarlo.
Poder observar mi luna, porque es mía y de nadie más solamente por el echo de imaginármela. Sin que nadie pueda robarla, sin que nadie pueda esconderla.
Lamentable tampoco seré capaz de sentir el calor de la amistad, la dulzura del amor o el placer de la sorpresa.
Y eso pesa demasiado, tanto, como para levantarme de la cama y encender las pesadillas en forma de noticias, porque para mi desgracia, la vida no es un sueño.