CUANDO NADA VALE NADA

Así somos y así nos va.....que verdad tan grande.
En realidad todo tiene su precio, cada uno de nosotros tenemos una prostituta dentro que se vende al mejor postor. Los sueños tienen su precio, la vida tiene su precio, los gestos, las palabras, los amigos....todo resuena al replicar de las monedas.
Nadie puede negar que en algún momento de su vida cambió su apellido por el de Iscariote para su propio beneficio. Este es el mundo donde nos ha tocado vivir, donde nada es gratis y las gangas dejan mucho que desear.
Somos máquinas de crear y gastar dinero, día tras día sin ni siquiera ponernos a pensar en todo lo que perdemos. El agobio al que nos vemos sometidos nos hacen destruir todas nuestras esperanzas e ilusiones, asesinarlos con la vaga idea que cuanto más dinero tenga mas feliz seré.
La verdad es que no es del todo incierto, el dinero ayuda seriamente a conseguir la felicidad. El problema comienza cuando dicha felicidad te hace olvidarte del resto.
Olvidar que fuiste un niño, olvidar que no estas solo o que quizás ya solo existas tu. Crearte un mundo de autocomplaciencia tan perfecto que te has olvidado que el sol sigue saliendo o que el mundo no anda por que lo hagas tu.
Tal vez estemos destinados a convertirnos en alter egos del rey Midas. Conseguir que todo a nuestro alrededor se convierta en oro y vivir plácidamente entre nuestro inerte mundo de riqueza.