3/13/2013

INSPIRACIÓN EXPIRADA

Me gusta pensar que mi imaginación es inagotable, una especie de manantial infinito de ideas que nunca llega a su fin. No se trata de soberbia o vanidad, tan solo la simple estupidez que otorga la ceguera propiciada por los buenos momentos en lo que todo se encaja. Automático. Sin importar en exceso los detalles y centrarte en el disfrute de dejar a los dedos actuar libremente y ver que es lo que sucede. Son los momentos sencillos. Los malos aparecen en el mismo instante que transformas esa manera de evadirte de la monotonía diaria en rutina. Pasa un día, luego otro y así sucesivamente hasta que comienzas a resoplar ante la falta de luces. Todo comienza a parecer mucho mas complicado que golpear las teclas, comienzan los problemas y no tardas en tener ganas de mandar todo un poquito mas lejos que a la mierda. Borras archivos y los reescribes como un niño intentando meter un cuadrado en un agujero con forma de redondel. Golpeas el teclado olvidándote del mimo. Creas historias sin cabeza destinarse a ser incineradas por el icono de la papelera de reciclaje incluso antes de llegar a la madurez. Solo algunas sobreviven y son ellas las que te hacen terminar por regalarte como amante al Paracetamol muchas noches, quizás por venganza o simple despecho, por haber realizado un genocidio con tantas hermanas. Resulta frustrante. Una desesperación digna de cualquier drama antiguo cuando tu personaje A decide que no le apetece llegar hasta el personaje B. Prefiere perderse por el camino de la historia sin que puedas arrastrarlo de nuevo hasta tu idea inicial. Libres y anárquicos. Tan cabrones que piensas que Quique González tenía razón cuando aseguraba que la suerte es una ramera de primera calidad, aunque a mi forma de ver, ese selecto burdel de lo inmaterial debería completarse con la inspiración y las musas vestidas con ropas ligeras mientras te deleitan con una sonrisa tan sincera como lo fue el beso de Judas. A pesar de ello las cosas siguen girando sin importar las veces que quieras llevarlo hacia lugares donde no quieren ir a parar. Personajes vivos que marcan sus propios caminos y con un poco de suerte, consigues vislumbrar justo antes que ocurra. Acompañando sus pasos. Narrando sus viajes como un cronista que ni pincha ni corta en sus decisiones y simplemente, tiene el honor, a veces dudoso, de poder escribir dichos caminos para transformarlos en historias a las que apropiarás como tuyas.

0 Comentarios:


SOLAMENTE UNA PIEZA...