2/15/2013

MAESTRO DE TAHURES

Hasta hace unos meses odiaba los lunes, esos días cuando el despertador asesinaba los livianos sueños de Domingo ahogados en ibuprofeno y te hacían resoplar sin remedio. Era mi querido odio, la gasolina mezclada en nicotina con gramos de cafeína, que empujaban mis minutos de una nueva semana.
Por no quedarme ya no me queda ni mi propio odio.

Una rendición tan mojada como el suelo desde hace casi quince días, agua y frío, una mezcla que hace que los mejores deseos naufraguen en algún gris callejón de la Villa.

Creo que la apatía me ha infectado.
Enfermo de adoquines y gente bicolor asiduos a carreras contra el diablo como si les debieran 21 gramos de dignidad. La indiferencia a perder oportunidades reales o simples hipótesis de la jaula de grillos que esta cabeza de bufón con alma de guionista y un cuerpo ya no tan joven.
Las arrugas de mis ojos son la muestra de mis pecados.
Bailar con las mentiras, camuflando los momentos reales con hipótesis de historias inventadas enlazadas entre las palabras. No existe un numero exacto de palabras ciertas o cuales naces de aquellos momentos repletos de narcisista necesidad por prostituir la realidad y poder vomitar mis monstruos a través de la yemas de mis dedos.
Esta es mi existencia, una salpicada de vergüenza atroz mezclada con una alergia total por el sacrificio.
Todo girando en torno a incontables brindis de copas llenas de esos que terminan en camas desconocidas a medio vestir. La cobardía como mi mayor don y la mas opaca de las sonrisas como escudo. Extraña mezcla para alguien que anhela sentir algo mínimamente especial, pero realmente útil para crear mundo de luces y sombras en forma de historias.
Sin embargo nadie sabrá cuantos esqueletos en el armario son reales o cuantos los introduje a propósito en su interior para buscar el dramatismo necesario. Sin arrepentimiento. Sin derramar una lágrima por lo negro de mis pulmones ni la sensación de soledad que los días malos me golpea como una perra traicionera. 
Esta es mi vida.
A caballo entre la colorida realidad y la gris fantasía, sumergido en anhelos, buscando la manera de sentir lo que escribo y encontrar una protagonista real en una ficción idílica. 
Una sonrisas y lágrimas.
Treguas de cama y guerras de salón.
Algo palpable pero negándome a buscar mas lejos de un papel.


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SOLAMENTE UNA PIEZA...