Pero el calor se combate con agua y una ducha hace que el madrugón, el ambiente agobiante y la la pesadez de algunos seres humanos, se olvidan con diez minutos debajo del grifo.
Todo te hace ver que puede ser limpiado y pesan que unos malos días, de sucias palabras y negros cielos hacen que se te olvide la ilusión en algún cajón.
Son días en los que tus sueños y los sueños que te rodean prenden del hilo de un capricho infantil, autoritario y sin ninguna visión del trabajo realizado hasta llegar al día de hoy.
Son un problema que hace que veas todo de color negro, que pierdas el norte y que por tu cabeza se pase el tirar la toalla y dejar esta batalla de lado.
Sin embargo, siempre hay alguien que tira para adelante, que solo ve el horizonte a pesar de las nubes y por que no decirlo, tiene muchos mas huevos u ovarios en este caso que tú y tus lloros y se niega a dejar que tires esa toalla al suelo.
Sin embargo el daño ya esta hecho y esa ilusión con la que empezó a fraguarse una locura de inmortales sueños, ha desaparecido entre tus gritos y la mala oxtia que gastas.
Te cuesta volver a teclear, te enfadas y aun te cuesta escribir aun mas, así que te cabreas incluso mas que en un principio.
Entonces las líneas salen con cuenta gotas y las ideas no se enlazan de ninguna manera, ni siquiera con el mejor de los pegamentos.
Intentas buscar la inspiración, pero como es una de esas cosas que ni se compra ni se vende, no la encuentras por ningún lado.
Hasta que llega algo, un destello, un personaje amante de los calcetines y te hace volver a sonreír, a sentirte libre de escribir sin presión y sobre todo a crear nuevas historias con protagonistas tan subrealistas como divertidos.
Ese es el secreto de todo, conocer quien nos ha robado los calcetines y saber que antes o después volverás a ti sino presionas por encontrarlos.
No me he vuelto loco, bueno, no lo suficiente como para encerrarme o por lo menos eso espero y deseo.
Porque quiero seguir contando historias de un pequeño duendecillo vestido de rojo amante de los calcetines ajenos.
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