Al fin disfrute de las tan añoradas según escribo vacaciones.
Un viaje de quince horas entre aeropuertos y aviones de ida y otras tantas de vuelta han valido la pena.
México simplemente es diferente, otro ritmo, otra vida por lo menos con eso eso me queda después de ver a las gentes de allí en nuestras salidas del hotel.
En cuanto al hotel que decir, cinco estrellas, todo incluido y al ladito de la playa, para que pedir mas. Entre tragos y panzadas creo que el mayo creo que me traigo unos kilitos de mas pero ha valido la pena.
Es un país diferente, algo agobiante en cuanto a lo del regateo, pero precioso en todas sus facetas, desde la gastronomía hasta la cultura.
Por no contar en el echo que parecíamos espías a lo James Bond, porque siempre nos confundían con americanos, holandeses o ingleses algo que al final creo que pudo hasta con los nervios de la bitxi.
Nadar entre peces, tumbarte en una hamaca entre un paraje inmejorable o incluso chapotear entre los delfines en caso de la bitxi ha sido la tónica de esta, demasiada corta, semana.
Las ruinas de un imperio como el Maya la verdad es que no han estado del todo lo bien que yo me esperaba, ya que el echo de tener que meterte una panzada de autobús (3 horas) para poder verla pues como que acaba quitandote las ganas, aunque se trate de una maravilla del mundo.
Para vuestra información, no no me he chuzado y apenas he probado el tequila, ya se que es raro en mí pero tenía ganas de disfrutar a tope de las vacaciones y una resaca no ayuda para nada a levantarte a las 8 de la mañana.
Bueno si me acuerdo de algo mas cuando se me pase el jetlack este que llevo seguiré escribiendo.
Agures y calentando motores para fiestas de Basauri.
Renaciendo
Hace 9 años
0 Comentarios:
Publicar un comentario