3/03/2014

FRUSTRACIÓN

Cuando las calles volvieron a arder los recuerdos de época pasadas retomaron a la memoria de los habitantes de la ría. La Villa había olvidado que la violencia no es la situación, pero dejado ese punto claro, la pregunta no deja de ser que nos tienen que enseñar los ricos a los que pagamos sus excesos.
Una mera presencia que no es sino una provocación a los estómagos vacíos y hogares sin calor.
Ellos con sus trajes caros y corbatas a juego, ella con su blanco pelo como el caballo de la muerte, nos insultan al pedirnos que nos atemos aún más el cinturón cuando no quedan agujeros en los que pasar la hebilla.
Palabras vacías llenas de mentiras y palmaditas en la espalda que frustra, palabras y palabras que nos pisotean para que ellos puedan seguir comiendo de restaurante de lujo mientras las familias tienen que ir a los comedores sociales. No es cuestión de derechos humanos. Esos desaparecieron cuando los fantasmas del pasado jugaron a ser Tahures con ellos a finales de los setenta, papel mojado que nos aseguraba una vivienda y un trabajo digno que nunca fue una realidad.
Ellos nos engañaron y ahora somos nosotros quien pagamos.
Los hijos de los muertos de siempre, los orgullosos obreros que nunca dudaron en ensuciarse las manos por mantener esos derechos, ahora violados y prendidos con la mismas llamas que esta tarde han iluminado la Villa de la ría.
Estaremos de acuerdo que la violencia no era la situación.

Sin embargo que hacer cuando hagas lo que hagas se ríen de tí.



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SOLAMENTE UNA PIEZA...