Somos pequeños pinochos cuando la noche cae y decidimos que vamos a dejarnos engañar para un lío que puede terminar de día. El problema es que tal vez una puede ser cierto, malas compañías y nuestra falta de fuerza moral hacen que nos dejemos liar con lentitud.
Pero cuando hay un segundo día y un tercero, digamos que el engaño es por nuestra propia necesidad de disfrutar de buenos momentos. Son la mezcla de las horas entre vasos levantados, entre risas sinceras, confesiones indecentes o decentes momentos mezclado con hielos con un poco de suerte. Así han pasado este fin de semana largo, de jueves a sábado casi sin esfuerzo, a sabiendas, que al día siguiente esa mezcla entre haber sido atropellado por un autobús, haber cenado un cenicero gigante y ese golpeo continuo en tu cabeza es el precio que hay que pagar por esas horas.
Pero bueno al fin Marijaia se vuelve a ir y ahora a pensar en una semana de relax
1 Comentarios:
Pues el miercoles empiezan las jaias de Trapaga....por comentar...
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