5/12/2008

LAS CADENAS DEL PASADO

Es inevitable que el pasado vuelva a llamar a tu puerta para saber como estas, es como respirar, puedes intentar mantenerlo lejos pero nunca para siempre.
El pasado es una sombra, es el exquisito cadáver que todos tenemos encerrado en el armario. Ese mismo armario que intentamos cerrar con llave, atracándolo o destruirlo y que sin embargo siempre acaba quedándose.
Puede que creas perderlo en el rincón mas oscuro de tu memoria pero jamás desaparece, siempre vuelve a ti.
Es algo natural, sin solución y que depende de lo mucho o poco que has cambiado acojona.
Cuando sientes que regresa tu cabeza te puede pedir que vuelvas a abrir el armario, o que te escondas detrás de alguien y cierres los ojos como un niño. Apretar bien los párpados para desear que desaparezca...esto último es una verdadera gilipollez.
Él no se va a marchar porque tus errores están escritos dentro de ese armario, errores que vuelves a cometer y que te hacen temerlo aún mas.
Errores que tan solo te pertenecen a ti.
Errores que intentas limpiar ofreciéndoselos a los demás, dándoles toda tu mierda por un abrazo o un beso, siendo un puto cobarde que no sabe afrontar que la cagó.
Por eso es mejor abrir el armario, mirar a tu cadáver a los ojos y sentir como se te encoge el alma al ver cuanta mierda hiciste, sabiendo que volverás a joderla e intentado no joderla.
Eres humano y como tal sabes que la joderás, que remedio, ese es el intercambio equivalente de nuestra existencia. La conciencia.
La conciencia es el precio de nuestros pecados, de nuestros errores y como fallos debemos mirarlos a los ojos, abrir la maldita puerta y saber que jamás desaparecerán.
Sentir esa sensación de vacío al observarlos y desear con todas tus fuerzas que jamás quieres volver a sentirte así, que jamás volverás a tener otro exquisito cadáver en ese armario.

1 Comentarios:

mau dijo...

HILERRIA

Voy construyendo mi propio cementerio particular, y es ahí donde traslado a los fantasmas que se me aparecen una y otra vez.
Porque me he dado cuenta de que es más fácil controlarlos.
Incluso a veces me dejo caer, en un sosegado paseo, por entre las tumbas, la mayor parte de ellas sin cerrar aún.
Y me reconcilio.


SOLAMENTE UNA PIEZA...