Recuerdo un niño que no sabía soñar, algo grave tratándose de un niño. Tan solo dormía y jamás pensaba en dragones o princesas que salvar, no soñaba con viajar mas allá de la luna o visitar el fondo del mar.
Tan solo dormía y así pasaba los días.
Según iba creciendo dejó de preocuparse por esas cosas, no necesitaba imaginar porque pegado a una televisión no necesitaba pensar.
Tan solo dormía y así pasaba los días.
Según iba creciendo dejó de preocuparse por esas cosas, no necesitaba imaginar porque pegado a una televisión no necesitaba pensar.
No necesitaba esforzarse leyendo y dando a cara a todos los personajes que en esas líneas se mostraban, porque probablemente una película se lo mostraría.
Y así creció y creció, sin sueños y con la monotonía como amante mientras tu alma se volvía mas y mas gris cada día.
Entonces vistió su cuerpo del mismo color que su alma, con un traje gris como el cielo mas triste y así pasó su vida.
Gris por fuera, gris por dentro.
Frío por fuera, muerto por dentro.
1 Comentarios:
No lo sabe, pero los poros de su piel están saliendo del letargo.
Les pica la curiosidad por mirar a través del telescopio.
Al hombre gris le queda poco tiempo de muerte.
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