4/09/2013

OUR GÜEYS

Hay personas que no conocen la palabra normalidad en su estatus de vida, me agrada ser de ese tipo de personas.
 Es cierto que a veces el caos nos hace resoplar y añoramos la triste monotonía cuando todo se pone patas arriba. Aunque no vamos a engañarnos. Adoramos estos momentos sin control y cinturón de seguridad, llamadas desde aeropuertos o transformación de cuatro paredes en una nueva temporada del Hostal Royal Manzanares. Mestizaje de emociones encontradas para convertir segundos anodinos en momentos únicos en los que agarrarnos los días de lluvia. Somos los frutos de nuestros recuerdos o al menos, eso queremos pensar cuando las cosas no nos salen como esperamos. Es decir casi siempre. Esa es la realidad a la que nos vemos sometidos por elegir caminar un camino sin señales de velocidad o flechas reflectantes para prever las curvas peligrosas. Aunque así somos lo suficientemente felices como para nutrirnos de nuestras propias experiencias. Momentos que la gente piensa que son únicos por los lugares donde nos llevan nuestros pies y que nosotros hace tiempo que los convertimos en recuerdos. Simples recuerdos. Sin darles tanta importancia al paisaje como la riqueza emocional del momento que se crea desde la modestia del deseo por aprender algo nuevo.

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SOLAMENTE UNA PIEZA...