Todo muere o cambia, no hay marcha atrás. Te das cuenta que día tras día te conviertes en un fósil viviente, en un pobre ser que naufraga entre dos mares.
Tan solo eres alguien que perdió el tren de las ilusiones. Demasiado joven para vivir las revoluciones de los sueños de cambio y sin embargo, educado bajo la libertad que los que respiraron antes que tu no pudieron vivir.
No poder haber estado ahí pero saber que existió, lo dicen los libros, eso cuentan tus padres o lo sienten tus abuelos. Palabras creadas con sangre, sufrimiento y dolor. Palabras tan duras que duelen, tan claras que no pueden dejar de verse.
No poder haber visto París vestido de Mayo o sentir como tus grilletes se iban a rompiendo por las ganas de vivir. Tan cercano y sin embargo tan lejos en la memoria del presente.
Ese es el otro mar, el otro océano que el tiempo hará perdurar, el olvido. El olvido de lo vivido, de los valores se recibieron. La vuelta a la supremacía del mas apto, de ser mejor cuanto mas tienes, de vivir en una evolución que nos ha devuelto a edad de piedra.
Una época de desinformación por exceso de información, valiente paradoja. Unos días en los que la gente no quiere pensar, no encuentra utilidad a leer y la fama es mas importante que la mayoría de los valores.
Una época de cerebros secuestrados por televisores para intentar subdesarrollarnos. Lo que sea para que no pensemos.
Convertirnos en autómatas que no pasen de comer, dormir y comprar sin importarnos el pasado, despilfarrando el presente para cometer los mismos errores en el futuro.
Volver a vivir una dictadura, volver a atarnos un grillete y sentir de nuevo la opresión. Esa dependencia por consumir, por conseguir mas y mejor sin importarnos la salud o el amor.
Tal vez sea raro, tal vez no entendí el mensaje que este mundo lleno de colores me quiere enseñar pero aun así, a mi me sigue gustando el mes de Mayo.
Tan solo eres alguien que perdió el tren de las ilusiones. Demasiado joven para vivir las revoluciones de los sueños de cambio y sin embargo, educado bajo la libertad que los que respiraron antes que tu no pudieron vivir.
No poder haber estado ahí pero saber que existió, lo dicen los libros, eso cuentan tus padres o lo sienten tus abuelos. Palabras creadas con sangre, sufrimiento y dolor. Palabras tan duras que duelen, tan claras que no pueden dejar de verse.
No poder haber visto París vestido de Mayo o sentir como tus grilletes se iban a rompiendo por las ganas de vivir. Tan cercano y sin embargo tan lejos en la memoria del presente.
Ese es el otro mar, el otro océano que el tiempo hará perdurar, el olvido. El olvido de lo vivido, de los valores se recibieron. La vuelta a la supremacía del mas apto, de ser mejor cuanto mas tienes, de vivir en una evolución que nos ha devuelto a edad de piedra.
Una época de desinformación por exceso de información, valiente paradoja. Unos días en los que la gente no quiere pensar, no encuentra utilidad a leer y la fama es mas importante que la mayoría de los valores.
Una época de cerebros secuestrados por televisores para intentar subdesarrollarnos. Lo que sea para que no pensemos.
Convertirnos en autómatas que no pasen de comer, dormir y comprar sin importarnos el pasado, despilfarrando el presente para cometer los mismos errores en el futuro.
Volver a vivir una dictadura, volver a atarnos un grillete y sentir de nuevo la opresión. Esa dependencia por consumir, por conseguir mas y mejor sin importarnos la salud o el amor.
Tal vez sea raro, tal vez no entendí el mensaje que este mundo lleno de colores me quiere enseñar pero aun así, a mi me sigue gustando el mes de Mayo.
1 Comentarios:
Podrán cortar todas las flores, pero jamás podrán detener la primavera. Yo sigo convencido de que bajo los adoquines está la arena de la playa, lo que pasa es que no quitamos los suficientes como para poder verla...
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