12/19/2014

EL OLENTZERO VIAJA EN UNA FURGONETA AMARILLA

Los viernes suelen ser días extraños de carreras, atascos y un cúmulo de trabajo que puede llegar a ser a llevarte al límite. Horas que se alargan como la decena de chicles que tienes que meterte en la boca para no dormirte.
Bostezos, tocada de cláxones y algún que otro fitipaldi que olvida lo que es un volante con el olor a fin de semana.
Sin embargo como los días raramente peculiares este ha empezado con un simple detalle, la idea de poder entender un mensaje en el móvil de Correos. Esas líneas que te dicen que un regalo ha llegado a tu casa y después simplemente ha desaparecido, me explico, algo como que mirase en mi buzón en busca de una notificación que tal vez fuese invisible, cual invitación dorada de Willy Wonka, como entrada al surrealista mundo de las cosas que se pierden en el limbo de la empresa pública.
Brillante mi idea de decidir ir a buscarlo yo mismo.
Para empezar una bonita cola de unas diez personas, quince minutos de espera y una de las dos “amables” administrativas, decidiendo cerrar la ventanilla, he decidido desistir en seguir esperando. Pero no por ello me he rendido, esa cabezonería que me aleja de mi signo como Géminis y me acerca al par de Tauros que me suelen acompañar…ahora que lo pienso…me estoy convirtiendo en otra ella!!
Bueno a lo que voy.
Decido optar por la llamada y una máquina me da los buenos días, empezamos bien, aunque no por ello he desistido, pensando con toda la ignorancia del mundo, que la rebelión de las máquinas hubiera tenido una tregua por mí.
-          Digame el número de envio.
-          A 2 1 4 S….
-          A 2 1 4 F… ¿es correcto?
-          No
-          Repita el número.
-           A 2 1 4 S….
-          A 2 1 4 F…¿Es correcto?
-          No.
-          Repita el número.
Tras media docena de intentos finalmente han decidido pasarme con una operadora y hacerme sentir un pobre disléxico al que ni un ordenador entiende. Una cosa señores de Correos, solo una sugerencia, si el maldito ordenador no capta la diferencia entre la S de SEGOVIA, SUERTE, SOBACO... y la F de FEA, FULANA, FETIDO….¿No sería mejor que no entrasen en la bases de datos? Sé que les dejaría sin diversión pero ahorraría muchos dolores de cabezas y ganas de hacer volar los teléfonos portátiles.
No penséis que con la operadora ha mejorado el momento.
-          -  Dígame el número.
-          -   A 2 1 4 S
-          -   A…….2…….¿1?
-          -  Si
-          -   4….. S……¿S de Segovia?
Creerme que me han dado ganas de contestarle – No, S de Fetido…
Bueno tras eso y descubrirme que como esperaba el paquete seguía desaparecido le he preguntado si habría alguna forma de poder ir a buscarlo cual Indiana Jones.
-         -    Si pero debería esperar al segundo aviso.
-         -    Vale, ¿pero entonces no puedo ir yo a por él?
-          -   Si, si puede.
-          -   Vale, ¿me puede decir entonces a donde?
-          -   Si, pero como le digo debería esperar al segundo aviso.
-          -   ¿Debería o deberé?
-  Vale que no sea usted de números pero leches, utilice el tiempo verbal correcto!
-          -   Pero entonces no puedo.
-          -   Si…
-          -   Vale….
-          -   …..
-          -   ¡Pero a donde!
-           -   Si quiere le doy el número de teléfono de la centrar de… ¿Llama por un paquete para Bilbao verdad?
¡Hija mía que lo acabas de mirar en el ordenador!! Como me lo hagas repetir otra vez la S de Segovia se va a convertir en F de Furcia.
Lo admito, después de eso me he rendido y he colgado el teléfono, herido y totalmente abatido por no hacerme entender. Viendo pasar cuatro furgonetas amarillas entre suspiros de pensar que mi pobre paquete iba en una de ellas, a la quinta no la he dejado pasar y cuando la he visto he ido tras su búsqueda hasta darla caza en el semáforo en rojo.
En un minuto he tenido que lidiar con una compañera a que un día la vamos a matar a base de pasar momentos embarazosos (la pobre la hacemos pasar una de vergüenza) Una guerra de manos largas a gritos
-          -   Baja la ventana.
-          -   No
-          -   Baja la ventana.
-          -    No que llamo yo a donde sea.
-          -   ¿Qué más da? La máquina no te va hacer ni puto caso.
-          -   ¿Pero que le quieres decir?
-          -   ¡Que si mi paquete se ha perdido en el triángulo de las Bermudas!
Eso parece que la ha convencido y allí, parado en un semáforo he entablado una conversación con un señor Barbudo y afable que me ha dicho en menos de lo que se pone en verde, que no puedo recogerlo hasta el segundo aviso y que espere un día después de recibir la notificación más o menos hasta el martes.
Tiempo de la conversación 10 segundos.
Tiempo de la llamada 20 minutos 23 segundos.
¡Ganador el Cartero Barbudo por goleada!
Entonces el milagro ha ocurrido.
200 metros después el buen hombre me ha hecho señas para que bajase de nuevo la ventanilla y las palabras mágicas han surgido de su boca.
-          -   ¿Dónde vives?
-          -    En Santutxu.
-          -   Pues es mi zona, creo que tengo tu paquete aquí.
¡Aleluya!
Así que ahí estamos, en mitad del Arenal, sujetando los paquetes a rebosar del buen hombre para que buscase entre la decena de bultos el que llevaba mi nombre. En mitad de la calle y echando una firma como los famosos, finalmente he conseguido lo imposible, venciendo al sistema gracias a la inestimable ayuda del cartero que se merece ser el trabajador del mes y que le den como paga extra el sueldo de la máquina.
Entonces me he percatado, barbudo, bonachón y con un medio de transporte repleto de regalos de navidad…
!Eskerrik Asko Olentzero!   



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