Los viernes suelen ser días extraños de carreras,
atascos y un cúmulo de trabajo que puede llegar a ser a llevarte al límite.
Horas que se alargan como la decena de chicles que tienes que meterte en la
boca para no dormirte.
Bostezos, tocada de cláxones y algún que otro
fitipaldi que olvida lo que es un volante con el olor a fin de semana.
Sin embargo como los días raramente peculiares este
ha empezado con un simple detalle, la idea de poder entender un mensaje en el móvil
de Correos. Esas líneas que te dicen que un regalo ha llegado a tu casa y después
simplemente ha desaparecido, me explico, algo como que mirase en mi buzón en
busca de una notificación que tal vez fuese invisible, cual invitación dorada de
Willy Wonka, como entrada al surrealista mundo de las cosas que se pierden en
el limbo de la empresa pública.
Brillante mi idea de decidir ir a buscarlo yo mismo.
Para empezar una bonita cola de unas diez personas,
quince minutos de espera y una de las dos “amables” administrativas, decidiendo
cerrar la ventanilla, he decidido desistir en seguir esperando. Pero no por
ello me he rendido, esa cabezonería que me aleja de mi signo como Géminis y me
acerca al par de Tauros que me suelen acompañar…ahora que lo pienso…me estoy
convirtiendo en otra ella!!
Bueno a lo que voy.
Decido optar por la llamada y una máquina me da los
buenos días, empezamos bien, aunque no por ello he desistido, pensando con toda
la ignorancia del mundo, que la rebelión de las máquinas hubiera tenido una
tregua por mí.
-
Digame el número de envio.
-
A 2 1 4 S….
-
A 2 1 4 F… ¿es correcto?
-
No
-
Repita el número.
-
A 2 1 4 S….
-
A 2 1 4 F…¿Es correcto?
-
No.
-
Repita el número.
Tras media docena de intentos finalmente han decidido
pasarme con una operadora y hacerme sentir un pobre disléxico al que ni un
ordenador entiende. Una cosa señores de Correos, solo una sugerencia, si el
maldito ordenador no capta la diferencia entre la S de SEGOVIA, SUERTE, SOBACO...
y la F de FEA, FULANA, FETIDO….¿No sería mejor que no entrasen en la bases de
datos? Sé que les dejaría sin diversión pero ahorraría muchos dolores de
cabezas y ganas de hacer volar los teléfonos portátiles.
No penséis que con la operadora ha mejorado el
momento.
- - Dígame el número.
- - A 2 1 4 S
- - A…….2…….¿1?
- - Si
- - 4….. S……¿S de Segovia?
Creerme que me han dado ganas de contestarle – No, S
de Fetido…
Bueno tras eso y descubrirme que como esperaba el
paquete seguía desaparecido le he preguntado si habría alguna forma de poder ir
a buscarlo cual Indiana Jones.
- - Si pero debería esperar al segundo aviso.
- - Vale, ¿pero entonces no puedo ir yo a por él?
- - Si, si puede.
- - Vale, ¿me puede decir entonces a donde?
- - Si, pero como le digo debería esperar al segundo
aviso.
- - ¿Debería o deberé?
- Vale que no sea usted de números pero leches, utilice
el tiempo verbal correcto!
- - Pero entonces no puedo.
- - Si…
- - Vale….
- - …..
- - ¡Pero a donde!
- - Si quiere le doy el número de teléfono de la
centrar de… ¿Llama por un paquete para Bilbao verdad?
¡Hija mía que lo acabas de mirar en el ordenador!!
Como me lo hagas repetir otra vez la S de Segovia se va a convertir en F de
Furcia.
Lo admito, después de eso me he rendido y he colgado
el teléfono, herido y totalmente abatido por no hacerme entender. Viendo pasar
cuatro furgonetas amarillas entre suspiros de pensar que mi pobre paquete iba
en una de ellas, a la quinta no la he dejado pasar y cuando la he visto he ido
tras su búsqueda hasta darla caza en el semáforo en rojo.
En un minuto he tenido que lidiar con una compañera a
que un día la vamos a matar a base de pasar momentos embarazosos (la pobre la
hacemos pasar una de vergüenza) Una guerra de manos largas a gritos
- - Baja la ventana.
- - No
- - Baja la ventana.
- - No que llamo yo a donde sea.
- - ¿Qué más da? La máquina no te va hacer ni puto
caso.
- - ¿Pero que le quieres decir?
- - ¡Que si mi paquete se ha perdido en el triángulo
de las Bermudas!
Eso parece que la ha convencido y allí, parado en un semáforo
he entablado una conversación con un señor Barbudo y afable que me ha dicho en
menos de lo que se pone en verde, que no puedo recogerlo hasta el segundo aviso
y que espere un día después de recibir la notificación más o menos hasta el
martes.
Tiempo de la conversación 10 segundos.
Tiempo de la llamada 20 minutos 23 segundos.
¡Ganador el Cartero Barbudo por goleada!
Entonces el milagro ha ocurrido.
200 metros después el buen hombre me ha hecho señas
para que bajase de nuevo la ventanilla y las palabras mágicas han surgido de su
boca.
- - ¿Dónde vives?
- - En Santutxu.
- - Pues es mi zona, creo que tengo tu paquete aquí.
¡Aleluya!
Así que ahí estamos, en mitad del Arenal, sujetando los
paquetes a rebosar del buen hombre para que buscase entre la decena de bultos
el que llevaba mi nombre. En mitad de la calle y echando una firma como los
famosos, finalmente he conseguido lo imposible, venciendo al sistema gracias a
la inestimable ayuda del cartero que se merece ser el trabajador del mes y que
le den como paga extra el sueldo de la máquina.
Entonces me he percatado, barbudo, bonachón y con un
medio de transporte repleto de regalos de navidad…
!Eskerrik Asko Olentzero!
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