Ese es el título de uno de los libros que quizás mas me han llenado en los últimos años. Lineas resumiendo una vida de golpes y agrías despedidas narradas por un cirujano de la realidad. Uno, que no esconde palabras tras pomposos adjetivos ni suaviza la mierda que puede llegar a ser la vida.
Ahora entiendo un poco mejor esa agridulce mirada de realidad, a base de recibir golpes y zancadillas, a sentir el deseo de volver a desear sentir o simplemente a esperar algo mas que una monótona existencia.
Son momentos peligrosos, te asomas al abismo y te mareas, tiemblas y deseas no tropezar para caer en un laberinto de recuerdos y lamentos. Tan solo deseas buscar una salida del laberinto, desear buscar un faro que te ayude a encontrar el camino correcto o al menos, una señal luminosa que te diga el destino de tus pasos.
La realidad es que no existe luz.
Como mucho tienes que aprender a encender un mechero, conseguir ver lo máximo posible antes que se te quemen los dedos, sumir que vas a recibir ostias a cada paso y pensar que tal vez no haya final feliz para tu cuento. Pero es TU historia, TUS decisiones, TUS errores. Te guste o no, nadie te ha obligado a llegar a esta encrucijada sino tus aciertos y errores.
Así que si te jode te aguantas, aprietas los dientes y miras hacia delante, llorar si tienes ganas de llorar y si te quedas sin lágrimas, seguir caminando a base de mala ostia. Aferrarte a tus pequeños himnos que te den las fuerzas para levantarte de la cama cada mañana y aunque no te apetezca ni respirar, intentar no olvidar como era eso de esbozar una sonrisa.
Hacía mucho tiempo que no escuchaba esta canción pero ayer la recordé y al volver a oirla comprendí porque la hice mía desde la primera vez que la escuche.
1 Comentarios:
De peores te has levantado, mercormina en las rodillas y seguir pa´lante, que ya sabes que el objetivo en esta vida no es llegar al horizonte, sino disfrutar todo lo que se pueda del camino.
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