Lo del Domingo es algo que la gente lo veía, me refiero a las personas de
pie de calle, esas sin corbatas y trajes caros, dietas millonarias o
contabilidades con nombres alfabéticos. Me refiero a nuestros vecinos, familia
o amigos, a todos aquellos que ni siquiera están ya dentro de las fronteras de
esta gran nación, del rojo pasión y orgullosa por tener una final de fútbol
entre dos equipos españoles, cuyas entradas por cierto, llegaron a valer más
del doble del mísero salario base.
Ahora toca el mundial.
Al menos para todos aquellos que aún no se han dado cuenta que indignados
no significa miserables sino humanos, necesitados y sentidos que los supuestos
políticos que nos deberían gobernar terminaron por chuparnos la sangre. Nos
sumieron en la miseria pero no pudieron quitarnos la dignidad, ni con multas
millonarias, ni a base de golpes o intentarnos volvernos sumisos a bases de mentiras toxicas
en aquellos medios de comunicación que aún creen que el NODO se sigue
emitiendo.
Entonces alguien consigue unir a esa masa, de distintas ideas pero con
las mismas necesidades primarias que la Constitución escribió con tinta mojada.
Así que ahora querer una vivienda o un trabajo es ser Rojos, comunistas y
anarquistas en busca de deshacer el equilibrio de este sistema perfecto.
¿Sin embargo es tan malo?
Parece que ahora aquel que querían convertirle en un payaso con coletas y
su sequito de bufones han conseguido despertar el descontento. Resulta que su
discurso ha conseguido aglutinar a todos aquellos que formaron el auténtico
huracán del 15 M, no se tratan de números sino personas, cientos de miles que
demostraron que quieren y se necesita un cambio.
Fue ese domingo que se recordará como el día que la derecha tembló y se
les comenzó a caer la caspa.
Por eso me alegro por todos aquellos que han luchado y seguirán luchando
porque ese cambio sea posible, conozco a uno y sé que pasión no les falta, que
ellos sigan temiendo que la gente se esta hartando de ser pisoteada, que no
solo los ricos tienen sueños o deseos sino que hasta el más humilde de los
curritos puede desear la felicidad. Las mentiras seguirán intentando envenenar la
cabeza de la gente pero el hambre y la miseria hace al ser humano más precavido
ante lo que le cuentan, eso es lo que temen, que los supuestos Rojos comunistas
realmente cumplan lo que dicen y hagan política de verdad, sin favores ni
sueldos millonarios, eligiendo hacer política porque realmente quieren luchar
contra un sistema clasista y caduco, sin buscar beneficios en empresas a cambio
de un suculento puesto en una empresa privada cuando acabe la legislatura.
Tiene miedo porque son gente preparadas, con estudios, sabedores que
pueden lidiar en un debate cara a cara contra ellos. Saben de lo que hablan y
pueden defenderlo sin ningún apuntador detrás de los bastidores, algunos los
tildarán de fenómeno mediático pero en realidad es alguien que sabe o al menos
ha estudiado para ello. Terror a que empecemos a pensar lo curioso que resulta que
para ser político ni siquiera se exija estudios mínimos. Gobernar este país ni
siquiera requiere una especialización en nada relacionado con la política, es
como si a un cirujano no se le exigiera estudiar medicina, ni conocer la partes
del cuerpo, sino que alguien le diese un mono verde acompañado de un bisturí y
lo metiese de cabeza a un quirófano.
Pensad un momento si os dejaríais operar por una persona así.
Sin embargo nos dejamos gobernar por ineptos o lo que es peor putos
ladrones de mierda sin ápice de vergüenza y que incluso habiéndose descubierto
ni siquiera optan por pensar en la dimisión.
Nos gobiernas personas indignas.
Pero la gente comenzó a hartarse el domingo.
No sí podrán cambiar este sistema podrido pero lo que nadie les podrá
negar es que pudieron dar el primer paso y no tienen intención de irse a ningún
lado, mas que le pese a la derecha más casposa o a la izquierda que representa
una rosa marchita, no es odio lo que llenan las palabras de sus bocas, es
miedo, lo repetiré mil veces si hace falta, miedo a que todo cambie y se
descubra que la gente podemos y debemos vivir con una dignidad que estos días
parece tan escasa como el agua en el desierto.
Gracias por al menos devolverme la ilusión y ver que alguien pudo dar un golpe encima del tablero para hacer que las piezas se tambaleasen.
No quiero acabar sin recordar como estos que hablan de libertad y
multiculturalidad han vuelto a cerrar otra fábrica de sueños, recuerdo a Kukutza,
a sabiendas que tal vez os cierren la puerta y tiren los muros pero como dije
entonces, cada sueño que esas paredes crearon no podrán robarlo jamás.
Larga vida a CAN VIES!!!