2/17/2014

MITOS, LEYENDAS Y DEMÁS MENTIRAS PARA NIÑOS

Es curioso como buscamos explicaciones chorras para las preguntas directas y sin filtros de los niños. Los niños vienen de París en los picos de cigüeñas, el sexo es como el polen de las flores o que la lluvia es el pis de los ángeles son algunas de las lindezas que los adultos inventaron por no cansarse en dar explicaciones.
He de comenzar diciendo que vivo en un sitio donde las leyendas y seres mitológicos siguen patente entre la población. No como esa distorsión etílica que Alex de la Iglesia ha grabado en su última película, donde hasta la propia Venus de Willendorf, tenía cabida en su más que peculiar Akelarre.
Aunque sin duda si algo cabe destacar de esa película es el Gargantúa y como vasco pasada la treintena, yo también terminé entrando por su boca para salirle acto seguido por el culo. Menuda la diversión la nuestra. Un tragón cuyo interior es un tobogán simulando su estómago e intestino para terminar donde acaba cualquier alimento a la hora de  ir al baño.
Si es que tenemos un sentido del humor infinito.
Aunque entre gigantes, señores de bosques peludos o machos cabríos no tendríamos suficientes, nuestro seres mitológicos están gobernados por una tía egocéntrica y caprichosa que hace y deshace a su antojo. La jefa de las brujas. Sorginak conocidas en su intimidad con sus pucheros, canticos y orgías salvajes de lujuria.
Vamos a jugar a buscar los errores.
En el párrafo anterior hay algo producto de la ficción.
Pista, no es ninguno de los seres mitológicos.
¿Lo veis?
….
….
….
Vamos a ver:
¿Orgías en Euskadi?... ¡Venga ya!
Aunque no es lo único extraño en esta nuestra mitología, otros seres femeninos, bellas ninfas del agua rubias con pies de pato y extrema belleza, engatusaban a los estúpidos hombres para que fueran con ellos al huerto…bueno al lago o al río para ahogarlos.
No os preocupéis o las dichosas Lamias eras extranjeras o la escena que ocurría sería algo como lo siguiente:
La chica patuda cantando atrae a un tipo.
TIPO: Que voz más bella.
LAMIA: ¡Pierdete!
El susodicho regresaría a donde sus sagrada trinidad, lo que viene a ser sus tres colegas para jugar al mus para contarles lo sucedido.
TIPO: Me he encontrado una Lamia y me ha dicho para echar un polvo en el agua y le he dicho que no.
RESTO DE TROPA: ¡No te lo crees ni tú!
TIPO: Vale…me ha mandado a la mierda.
RESTO DE TROPA: ¿Te habló? Buenooooo eso cuenta por cuarto y mitad de un polvo!
Curiosos seres las Lamiak.
Aunque de las mentirijillas supuestamente inocentes no se libra nadie de toda la península o sino recordar cuando siendo pequeños se os movía un diente. Eso significaba pasta. La necesidad de arrancártelo de tu boca de cualquier manera. Desde empujándolo con la lengua hasta los osados que se ataban el extremo de un hilo al diente y otro al pomo de la puerta, sin importar el sufrimiento, ajenos al dolor con tal que el ratoncito Pérez nos lo cambiase por dinero.
Lo que me hace preguntarme a que ostias se dedicaba el jodido ratón.
Tal vez era una tratante de  marfil barato o machacaba los dientes hasta hacerlos polvos y venderlos como afrodisiaco, lo que está claro es que legal, lo que se dice legal, no parecía serlo mucho.
Otro me viene a la cabeza.
Cupido.
En serio alguien se puede creer que un mini angel con pañales, armado con un arco y flechas puede repartir amor, es que está realmente fatal. Repito. Un enano con un arco que lanza flechazos al corazón solo tiene un nombre…psicópata.
En defensa del ser humano diré que tendemos a liar realmente las cosas o sino no entendería a que brillante mente se le ocurriría lo del Coco.
Duérmete niño duérmete ya.
O vendrá el coco y te comerá.
¿En serio? Amenazar a un niño con ser devorado sino se duerme y esperar que no termine acojonado nunca puede ser sinónimo de brillante idea.
Cambiemos a los personajes.
MARIDO: Cariño no puedo dormir.
MUJER: Pues tu verás, como no te sobes vendrá Hannibal Lecter y te convertirá en su cena.
Menos mal que Barrio Sésamo lo convirtió en un personaje estúpido a la par que disléxico para convertirse en burla de niñez, eso sí, que ningún niño osase mancharse con chocolate por si Triki se escondía debajo de sus camas.
Así podía estar toda la noche pero es Lunes y las neuronas no funcionarán mucho más tiempo.
Podría hablar de los Reyes Magos, Olentzero o Santa Claus y ese curro de una sola noche que haría pedir la baja por estrés a cualquier mortal.
Sin embargo para ir acabando creo que hablaré de los personajes imaginarios que sí anda entre nosotros y dicen tener un montón de deseos para los mortales.
No hablo de los genios.

Me refiero a los políticos en la oposición.

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2/04/2014

LACERANDO EL COSTADO

La facilidad para encontrar culpables ajenos es tan fácil como admitir la adicción a la nicotina que tiñe de amarillo mis dedos. Es realmente tentador comenzar por mirar al cielo o achacar todos mis males a una zorra del pasado, siempre fui un experto, desentendiéndome de las consecuencias como un niño que esconde las manos sucias de pecado tras su espalda.
La facilidad de centrar todo en los gélidos nubarrones grisáceos que traen la tormenta.
Esa sensación hiriente como dagas invisibles clavadas por debajo de la piel hasta que tocan el hueso. Una bonita metáfora. El mejor truco de tahúr para esconder una realidad que siempre fue mucho más soez y humana, tan silenciosa que los días buenos, crees que no vale la pena pensar en ella.
No es que se trate de un buen plan pero al menos, te ayuda a seguir caminando bajo el autoengaño de creerte una buena persona y sentir que los pasos en la tierra te llevarán a algún destino definido. Dibujando salidas de emergencia con tinta virtual para tapar todas la sombras, letras escritas a golpes grabadas en este rincón de vanidad propia, sin siquiera atisbo de ninguna otra pretensión, que unos ojos ociosos pierdan unos segundos de sus vidas en leerlas.
Ahí termina la interpretación de la obra teatral.
El resto se resume en una cabeza saturada de pájaros acompañando ideas absurdas, no hay nada especial, un hedor a romanticismo del supuesto héroe bohemio que a veces deseo se esconda debajo de mis uñas. La mentira de un culpable que ni podría revivir el título de amante cuando tras el segundo que sucede tras la efímera excitación momentánea, no queda otra cosa que la incomodidad de un lecho calienta donde sobra la mitad de dos.
No se trata de arrepentimiento.
Sin deseo de pedir perdón por las decenas de camas desechas, la ira de mis palabras o los cierres de etapas sin dudar siquiera en lanzar una última mirada hacia atrás. Hacerlo sería no ser fiel a lo único que guardé fidelidad, mi única admisión de pecados en forma de hacerme cargo de las consecuencias de acciones equivocadas o correctas.
Tampoco quiero redención.
Nunca creí en la conversión del villano a sabiendas que mis pecados hablan como un libro abierto, tanto como los silencios que envuelven cualquier conversación que cruce la línea de lo personal. Manos vacías. Sin las monedas que conseguí por las mil y una traiciones a quien asumió que confiarme parte de sus secretos sería una buena idea, ilusos, ni siquiera llegaron a comprender que nunca hubo truco o giro de guión más allá del deseo pasado convertido en agria piel. El alimento que siempre me hizo olvidar el devenir de las horas para poder escupir todas las miserias, deformarlas y rehacerlas como personajes tan dispares como personalmente absurdos.
El secreto siempre estuvo escondido tras ese desconocimiento a volver a conjugar el verbo sentir. Escribiendo lo que siento pero sin que mi sonrisa sienta lo que escriba, no lo hago para crear un centro de atención o foco de preocupación y que nadie se sienta ofendido por ello. Si mis palabras no llegan a lograrlo solamente recordar que elegí este camino con la intimidad de la soledad mucho antes de conocer a cualquiera y siempre seguirá allí cuando el último apague la luz.
Esto no es una despedida ni mucho menos.
Quizás esto se parece a una especie de asumible consecuencia de las decisiones propias usadas para asesinar posible futuros, de sonrisas de Domingo con pelea de Lunes rutinario. Incógnitas que nunca se solventarán puesto que si algo no regresa es el tiempo y por eso al empujar la última tecla de esta entrada, seguiré buscando mi espacio en este puzzle. Ascendiendo o descendiendo pero con la única dirección de aquel que no desea envejecer teniendo que recordar todas las cosas que no hizo.


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SOLAMENTE UNA PIEZA...